lunes, 4 de octubre de 2010

Reflexiones acerca de la Batalla del Lago de Maracaibo:

Reflexiones acerca de la Batalla del Lago de Maracaibo:

En este breve ensayo me propongo hacer un balance histórico sobre los acontecimientos acaecidos el 24 de julio de 1823 en la batalla Naval sobre el Lago de Maracaibo. 
Como historiador, investigador interesado en la reconstrucción de la historia y acerbo cultural de Venezuela, veo con creciente preocupación la “poca” difusión que históricamente se le ha prestado a este enfrentamiento bélico que trajo consecuencias de vital importancia en nuestro proceso de independencia.
En estas reflexiones, no busco relatar con minuciosa precisión los acontecimientos militares ocurridos en tan importante jornada, no obstante si expondré someramente algunos detalles en aras de que exista una óptima comprensión de la importancia de esta efeméride nacional.
Cuando se habla de la batalla que cierra definitivamente la independencia de Venezuela, por lo general se cita erróneamente a la Batalla de Carabobo. Si bien es cierto que esta confrontación tuvo una gran importancia, bajo ningún criterio debe entenderse como la definitiva, ya que una vez derrotado el bando realista en Carabobo, los sobrevivientes se dispersaron para reagruparse con los oficiales superiores. El bando realista, luego de varios acosos por parte del ejército Colombiano y después de muchas escaramuzas aisladas por todo el territorio nacional es confrontado  por última ocasión en el Lago de Maracaibo, en donde, las tropas Colombianas mandadas por el Almirante José Prudencio Padilla, comandante del tercer departamento de Marina y de las operaciones sobre el Zulia y la realista mandada por el capitán de navío Ángel Laborde y Navarro, Comandante del apostadero de Puerto Cabello y segundo jefe de la armada española sobre Costa Firme. La escuadra patriota estaba compuesta por los bergantines: Independiente, Marte, Fama, Confianza y Gran Bolívar; las goletas: Espartana, Independencia, Manuela, Chitty, Emprendedora, Aventina, Peacock, Antonia Manuela y Leona. En cuanto a las fuerzas realistas las mismas estaban conformadas por el bergantín San Carlos, los bergantines-goletas: Esperanza y Riego o Maratón; la goleta de gavias Especuladora; las de velacho: María Salvadora, Estrella, Cora, Mariana, Rayo, María Habanera y Zulia; las flecheras: Atrevida y Maracaibera; los pailebotes: Guajira y Monserrat, los faluchos: Resistencia, Mercedes, Brillante, Relámpago y Pedrito y las piraguas: Raya, Duende, Palomera, Esperanza, Félix María, Altagracia, San Francisco y Corbeta, con un total de 49 cañones, 14 carronadas, 4 obuses, individuos de tropa y 670 de marinería, incluidos jefes y oficiales.
Luego de haber tenido 3 encuentros parciales con la escuadra española, el bando republicano se apostó en el puerto de Moporo, donde pasó la primera quincena de julio sin actividades de mayor importancia hasta el 17 de julio en que el comandante Labordex envió a Padilla una intimación que éste rechazó, por lo que los días subsiguientes transcurrieron en febril actividad bélica, en el que ambos comandantes se mantuvieron acondicionando sus buques, concentrando provisiones y adiestrando sus tripulaciones con miras al combate.
En la tarde del 23 de julio la escuadra realista se dirigió a la costa occidental del lago en las inmediaciones de Capitán Chico y fondeó entre este sitio y Bella Vista, al norte de Maracaibo, quedando en línea de combate, pero la republicana permaneció en la vela hasta el anochecer que fue a dar fondo en Los Puertos de Altagracia, quedando todos los buques en una línea paralela a la costa oriental, avanzando las fuerzas sutiles hasta Punta de Piedra.
El 24 de julio, Los buques republicanos avanzaron con rapidez sobre la escuadra realista que se mantuvo anclada en espera del ataque; el ala sur de la escuadra la llevaba el Almirante Padilla y el ala norte estaba a las órdenes del capitán de navío Nicolás Joly, cortando la retirada hacia la bahía. A las 15:04, colocaron la señal de abordar al adversario dejándola izada no obstante haber sido contestada por todos los buques, para manifestar con ello que ninguna cosa restaba por hacer. A las 15:45, la flota realista abrió fuego sobre las escuadras patriotas, pero la escuadra de Colombia, prosiguió avanzando sin disparar un tiro; hasta que estando cerca rompieron los fuegos de cañón y fusilería. Al romperse los baupreses, el bergantín Independiente, se echó sobre el San Carlos, y se dio comienzo al abordaje, fase con la cual se decidió la victoria para los republicanos.
Como consecuencia de la batalla naval del Lago de Maracaibo, el bando realista se vio forzado a capitular con las tropas Colombianas y retirarse del territorio venezolano definitivamente.


Historiador, Lic Alexis Delgado Alfonzo. 

1 comentario:

  1. Todavia quedaba un contingente de soldados realistas, acantonados en Puerto Cabello.

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